viernes, 22 de junio de 2012

Venustas, firmitas et utilitas


Graffiti de Sam 3

                                 Multiformes sombras caen exactas, tal
                                 si un dios convexo en el fanal humano
                                 proyectase, aritmético dictado,
                                 el juego serio de lo claroscuro.

                                 Cósmica armonía, gracia cenital
                                 en que gravita el orbe más mundano;
                                 atravesado por la luz y amado
                                 de un veneno mortal, así el cianuro

                                 de la razón, que sueña enamorada
                                 con la nuda belleza de las cosas,
                                 y al despertar, etérea arquitectura:

                                 a su mirada ya desvaneciese
                                 aquel misterio, luz en la materia,
                                 geométrica ilusión de ciencia pura.





Fotografía de Anna Febretcko.
   De ley es consignar aquí, a la luz del comentario del arquitecto y poeta Francesc Cornadó, la reflexión sobre el límite en que la arquitectura es un servicio por y para el hombre, y hasta que punto se puede abandonar al capricho del creador. Hay más belleza en la utilidad. Con sumo gusto le colocamos a este edificio de Frank Gehry, la corrección del lema vitrubiano, admirablemente enunciada por nuestro amigo Francesc:
                         -ipsum firmitas, parum utile, invenustum, vanitas, mediocritas. 
                         (muy firme, poco útil, feo, vanidoso, mediocre).             
                 




14 comentarios:

  1. Caramba, yo me pregunto: ¿sombras de qué? Que si caen, que caigan con nombre pero sobretodo con peso. ¡Un abrazo! F:

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  2. Las que se proyectan en algunos edificios y me hacen reflexionar, amigo Felipe, sobre la luz, la arquitectura y el hombre, Tres nombres que caen con peso siempre.
    Un abrazo

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  3. La arquitectura sin la luz, no sería nada. El hombre sin su arquitectura, sería luz.

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  4. En lo primero, de acuerdo, pero lo segundo no lo capto, cree uno que el hombre sin su arquitectura más bien estaría indefenso y sin educar.
    Un abrazo, David.

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  5. Amigo Manuel, el arquitecto de campanillas que proyectó el edificio que aparece en la imagen es Frank Gehry, el mismo que proyectó el Guggenheim de Bilbao. A esta gente -arquitecto y promotores- lo único que les interesa es el oropel y la pachanga, la foto del día de la inauguración y la cercanía al poder.

    Te diré como proyecta Gehry:

    Ingredientes.-
    un estudio magnífico con muchos becarios,
    una masa de plastilina,
    muchas cámaras fotográficas,
    focos de leds y halógenos,
    sistemas de infografía de última generación.

    Procedimiento:
    el arquitecto de campanillas se viste de negro y toma una masa de plastilina entre sus dedos, pide a su becario predilecto que encienda dos focos de leds cenitales y un foco muy potente del lado izquierdo; el semi-dios moldea con cierta desgana la masa de plastilina y la coloca sobre un panel horizontal de policarbonato de color blanco, hace alguna corrección sobre la masa y pide que se vayan efectuando tomas fotográficas de la masa desde distintos ángulos y con diferentes iluminaciones, realizado lo cual exige con autoridad que las imágenes obtenidas se pasen a los planos en forma de imágenes infográficas. Luego todo este material se envia a otros estudios de arquitectos eficaces, de calculistas de estructuras, de ingenieros de instalaciones, de técnicos sensatos de construcción, para que aplicando muchas dosis de sentido común y muchas horas de esfuerzo consigan que aquel embrión de masa informe de plastilina pueda sustentarse, que tenga una definición de los espacios interiores y se pueda construir, eso sí, invirtiendo grandes cantidades de dinero para que se pueda materializar la vanidad.

    Salud

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    1. Qué desolación, el panorama de la performance, el divismo de artista, la vanitas del gesto creador. Ya imaginé que te parecería horrible. Quería uno con el soneto poner a competir la grisalla de la foto, con una reflexión sobre la luz, que es la primera arquitecta de las cosas, pero se ve que no se ayudan la palabra y la imagen, se contradicen.

      El prestigio de algunos profesionales corre bien parejo a su ineptitud como verdaderos profesionales. Voy a poner una fotografía que pueda mínimamente compadecerse con lo que he escrito.
      Salud Francesc, muchísimas gracias por tu valioso comentario.

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  6. Después del pop art y metidos ya en la era de la ostentación, amigo Manuel, podemos reescribir el lema vitrubiano, el antes
    Firmitas-utilitas-venustas,
    pasa a ser:
    Vanitas, mediocritas invenustas,

    Corregido el lema vitrubiano podríamos aumentarlo y pasaría a ser:


    ipsum firmitas, parum utile, invenustum, vanitas, mediocritas. (muy firme, poco útil, feo, vanidoso, mediocre).

    Salud
    Francesc Cornadó

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    1. Quizá sea esa la mejor definición que se le deba a la mayor parte del arte postmoderno, que no ha sabido volver a las fuentes clasicas, fanal de claridad y distinción formal, enredándose en sentimentalismos futuristas. Ese veneno mortal de la mal entendida originalidad de lo moderno.

      Salud, amigo Francesc.

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  7. el poema es indomable caballo de "volúmenes bajo la luz".

    moneo, mejor teórico que arquitecto -lo negaré en ciertas esferas-, difiere:
    http://servicios.elcorreo.com/guggenheim/archivo/971018c4.htm

    salud, poeta.

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  8. Exacto, en esa montura difícil estamos, a veces un tanto oscuros, hay que ser claros sin ser simples.

    Laudables críticas al Guggenheim, en este caso, las de Moneo y Nouvell, muy positivas. No tomo partido, me gusta la ampliación del Prado y aprecio también la Torre Acbar en un sentido general...pero hay tanto desmán: el ejemplo más señero, Calatrava, cuya ansia de notoriedad y pésimo sentido del gusto no tienen límites.

    Salud, gracias, Kynicos, por el texto.

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  9. Amigos Manuel y Kynikos ahí va:

    Moneo evidentemente mejor arquitecto que crítico.

    Gehry evidentemente mejor escultor mediocre que arquitecto.

    Nouvell evidentemente mejor charlartán que arquitecto.

    La ampliación de Prado: un perfecto control de espacios, una gran obra de arquitectura y un admirable respeto a las preexistencias.

    El Guggenheim: la mejor obra de Gehry. Bilbao ha ganado mucho con la masa de plastilina magnífica recubierta con plaquetas de titanio.

    La Torre Agbar: un ejemplo de memez arbitraria o aquello que se puede poner de ejemplo de arquitectura insostenible, ostentosa, gratuita y ejemplo de la vanidad del diseñador, pero también ejemplo de prepotencia de los promotores. Por cierto esta torre iluminada de noche parece el pirulí del Barça.

    Salud

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    1. Dicho queda. Uno quería referirse en el soneto, Francesc, a los volúmenes arquitectónicos bajo la luz, como apuntó Kynicos, en la certeza de que la maravilla de la arquitectura reside, además de en tener uno residencia, que esto es algo que no todo el mundo tiene, en la capacidad de generar belleza por sí misma sin necesidad de charlatanes que la vendan bien.

      Como dice el último terceto, mi buen amigo, esta contemplación estética y etérea se desvanece al final, y aquella ilusión geométrica revela el fin práctico, a veces determinista, otras absolutamente necesario, dejando libre a la mirada el vano espectáculo de la mediocridad o la hermosa revelación de las formas puras al servicio del hombre.

      Insisto, en que desde un punto de vista general, que es el que me corresponde a mí, como persona sensible que no sabe de arquitectura demasiado, la Torre Agbar no me disgusta tanto como el parque calatraveño de la ciencia ilusa. Y sí, el museo bilbaíno acusa una necesidad del arte contemporáneo de convertir el espacio público cultural en una obra de arte en sí misma. A veces, sólo a veces, gran amor.

      Un abrazo
      Manuel

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    2. Mi buen amigo Manuel, del soneto destaco con gran admiración los dos tercetos, pero sobre todo esto:

      "....el cianuro

      de la razón, que sueña enamorada
      con la nuda belleza de las cosas,
      y al despertar..."

      Perdona que me haya encaramado por los cerros de Úbeda o por las fachadas caprichosas y delirantes de Gehry, pero como comprenderás hay cosas que me sublevan. Que quede claro que pongo ante todo la poesía por delante. Creo que la poesía no es arte, sino que es algo anterior al mismo y que es el sustrato que nutre las demás formas de expresión del arte.
      Salud
      Francesc Cornadó

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    3. Te agradezco muy de veras absolutamente todas y cada una de tus reflexiones, amigo Francesc, para mí es un honor impagable. Esta tribuna modesta estará siempre abierta a mirar la poesía desde la perspectiva que se quiera, estimado Francesc, como muy bien dices, la poesía es un sustrato nutriente y da para hablar de todo. No tengas jamás, querido amigo, ningún inconveniente ni una excesiva prevención en este sentido, aquí, porque recibiré siempre con igual atención: crítica, felicitaciones o digresiones. Muchas gracias de nuevo, Francesc, no hay nada que perdonar, de verdad, está todo perfecto menos la caza danzante, que pretende ser una alegoría de Ginger Rogers y Fred Astaire pero no tiene gracia, estoy de acuerdo contigo. Como decía A.Machado, caprichos tiene la sed.
      Salud
      Manuel

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